EL
MUNDO
3 enero
2019
Los
edulcorantes no son eficaces para perder peso
Laura Tardón
No hay evidencia suficiente que apoye
el uso de los edulcorantes artificiales para restar kilos
Ni la sacarina ni el aspartamo. No
hay pruebas convincentes que demuestren que el consumo de los edulcorantes
acalóricos reduce el sobrepeso y tampoco se pueden descartar posibles daños.
Así lo sugiere la mayor revisión de estudios realizada hasta la fecha y
publicada en la revista médica 'British Medical
Journal'.
Tras analizar un total de 56 trabajos, los investigadores lo
tienen claro. No hay evidencia suficiente que apoye el uso de los edulcorantes
artificiales para restar kilos y así lo transmitirán a la Organización Mundial
de la Salud (OMS). "El hecho de que no haya pruebas contundentes no deja
margen a que se atribuyan propiedades adelgazantes. No cabe duda de que los
edulcorantes no son una buena herramienta para perder peso", tal y como
señala el dietista-nutricionista y divulgador científico Aitor Sánchez al comentar
este artículo.
No sólo no resultan efectivos para dicho fin, sino que
algunos estudios apuntan incluso al efecto contrario: "Pueden incrementar
el apetito y también aumentar el peso como consecuencia", agrega el
experto español. Así lo señalaba un análisis publicado en la revista 'Nature' en 2017. Según su relato, quienes trataban de
ahorrar kilocalorías tomando edulcorantes, las compensaban después con otras
comidas. En la misma línea, lo refutaba un
meta-análisis posterior, que vinculaba el consumo de este sustituto del azúcar
con riesgo de sobrepeso y obesidad.
El mecanismo que explica este efecto lo describía otro
trabajo publicado en 'Cell Metabolism'.
Al parecer, el centro de recompensas del cerebro alberga la sensación de dulzor
en combinación con el contenido energético. De esta manera, si el dulce se
reduce, la balanza se equilibra con un consumo incrementado de calorías.
Además, apunta Sánchez, "los edulcorantes artificiales producen cambios en
nuestra microbiota (las bacterias del intestino) y hace
que crezcan las especies menos saludables y que digiramos peor los alimentos
[...] Entre otros efectos, no regulan bien el apetito-saciedad y acostumbran al
paladar a altos niveles de dulce".
Aunque siempre con la sombra de la sospecha a cuestas, lo cierto
es que el consumo de bebidas y comidas con edulcorantes acalóricos cada vez es
más elevado. "La creciente preocupación por la salud y la calidad de vida
han alentado a muchas personas a adoptar nuevos estilos de vida y evitar los
alimentos ricos en azúcares, haciendo más populares a los edulcorantes",
argumenta uno de los autores de la revisión, Joerg Meerpohl.
Con la intención de conocer mejor los posibles beneficios y
daños de esta opción, un grupo de científicos de la facultad de Medicina de la
Universidad de Freiburg (Alemania), de la Universidad
Paris Descartes y de la Universidad de Pècs (Hungría)
ha revisado la literatura científica disponible hasta la fecha. Compararon los
resultados entre la ingesta y la no ingesta, entre distintas cantidades de
consumo, en adultos, en niños, tomando medidas de peso, del control de la
glucemia, analizando la salud bucodental, el cáncer,
enfermedades cardiovasculares, renales, estados anímicos y comportamiento.
En general, no parece haber diferencias significativas entre
las personas que usan edulcorantes y las que no lo hacen, tampoco entre las
diferentes dosis de este sustituto del azúcar. En algunos estudios analizados,
comenta Meerpohl, "se observaron pequeñas
mejoras en el índice de masa corporal y en los niveles de glucosa en sangre en
ayunas con los edulcorantes acalóricos. Sin embargo, la calidad de estos
trabajos era muy baja".
Haciendo un análisis global, "no se encontraron pruebas
suficientes de ningún efecto de los edulcorantes en adultos con sobrepeso u
obesos o en niños que intentan perder peso de forma activa", concluye el
artículo. Dado que la calidad de muchos de los estudios analizados es limitada,
"convendría realizar trabajos más a largo plazo para aclarar si estos
edulcorantes son una alternativa segura y efectiva al azúcar".
Con esta misma idea, Vasanti
Malik, del departamento de Nutrición de la escuela de salud pública de la
Universidad de Harvard (EEUU), anima al desarrollo de nuevos estudios que
ayuden a orientar futuras políticas relacionadas con los edulcorantes.
"Las recomendaciones en este sentido deberían actualizarse periódicamente,
a medida que vaya surgiendo más evidencia, para poder informar con los mejores
datos sobre el azúcar y sus alternativas".